Post by faires on May 13, 2006 15:58:50 GMT -5
Una noche
Este es un cortito de Goku y Milk que lo e estado postergando hace mucho tiempo ya, e incluso lo he soñado, ¡para que vean que no es ninguno de mis delirios!, mou , bueno si, es uno de mis delirios que espero les guste , a mi me hizo llorar (buabuabuabua, FAIRES llora a mares) , pero bueno esto es lo que salió, además que no hay muchos fics de esta pareja que es tan inusual, jejejejejejejejeje, por que casi nunca se le ve un gesto de cariño o algo así, generalmente hacen más de Vegeta y Bulma ¿y yo que se? por que los prefieren a ellos, no me molestan, pero deberían dejarlos descansar un ratito ¿no?.
¡¡¡YA, YA, MUCHO BLABLA!!! , espero que les guste y me dejen comentarios un beso a todos y nos estamos escribiendo.
¡ESTO VA DEDICADO A TODOS LOS FANATICOS DE GOKU X MILK!
Los personajes de Dragon Ball z son explícitamente del maestro Akira- Sama.
FAIRES:)
Personajes: Goku X Milk
Categoría: Aventura / Romance/ Lemon ;D
Capitulo 1
Son apenas las 10 de la noche y otro día pasa monótono, como siempre, una figura lidiaba con los platos de la cena y el aseo de la cocina, aunque solo ella había comido en ese momento, le gustaba ver que todo estuviera en perfecto estado.
Ya casi había acabado por hoy, de nuevo la misma rutina, es una noche muy fría apenas había comenzado el invierno y la nieve ya se hacía presente impidiendo ver más allá del horizonte, la mujer se reflejaba por la pequeña ventana.
La mujer había dejado todo impecable una vez más, todo ordenado y en su lugar, le encantaba ver su hogar en esas condiciones, por eso había querido casarse, para tener una familia y cuidar de ella, que no le faltara nada a sus hijos y a su esposo, siempre había sido abnegada para todos sus quehaceres y hoy de nuevo hacía una nuevo record para... para ella misma.
La joven mujer se dejo caer en el sofá, suspiró mientras echaba la cabeza hacia atrás quedando su vista fija en el techo de la sala principal de la casa. El paño de cocina había sido tirado hacia el respaldo de una silla por impulso de que ya no podía más.
Todo estaba tranquilo y a oscuras, había apagado todas las luces de la casa, solo la luna interrumpía con pequeños destellos de luz el silencio de la oscuridad que reconfortaba después de otro día de trabajo en la casa.
-No se si estará bien lo que estoy haciendo de mi vida- pensó la mujer- tal vez no es lo que yo pensaba desde un principio, a lo mejor... a lo mejor me equivoque…, ¡no, no puede ser! -se dijo de inmediato sacando ese pensamiento de su cabeza cerrando los ojos por un momento, los abrió de nuevo para perderse nuevamente mirando el techo.
-A lo mejor yo soy el problema, en realidad nada ha cambiado de cómo era mi vida anterior, cuando era una niña, hija de un rey... a lo mejor tenía un poco más de libertad. Muchas veces hacían las cosas por mi, pero siempre me gustaba terminarlas, incluso se molestaban por que trabajaba tanto, pero siempre decía que era para poder prepararme bien como esposa, como la mejor dueña de casa.
Al final, igual estaba sola, me quedaba sola en ese tremendo castillo, papá trabajaba mucho así que no tenía tiempo para mí y mamá...mamá había muerto.
-Hay mamá como te extraño- suspiró- si supieras cuanto. Tú si que eras una buena esposa, una buena mujer que se preocupaba de los suyos y...y...-la pregunta surgió- ¿Eso era lo que era ella, una simple dueña de casa?, ¡no!, era una esposa y buena madre, sí, siempre se preocupaba que todo estuviera bien en su hogar, con las personas que quería, que no tuvieran ningún problema, que todo lo que necesitaran estuviera a la mano... todo ordenado, aplanchado, limpio, solo para ellos... si solo ellos.
El silencio volvió a inundar la habitación y a sus pensamientos- solo ellos- repitió- y ¿ella que pasaba con ella?- preguntó, pero no había respuesta alguna, de nuevo la soledad era su mayor compañera, si, últimamente esta más sola que una ostra atrapada en un charco después de la lluvia, la mujer se acomodó en el sofá mirando ahora sus manos, aún no estaban gastadas por tanto trabajo, pero no tardarían en ceder, la Mujer suspiro de nuevo, pero aquel pequeño escape de viento fue acompañado por un par de gotas que cayeron sin restricción al suelo.
-¡Diablos!, ¿por qué estaba llorando?, algo le oprimía el pecho, le faltaba la respiración- se limpió con la manga de su blusa las lágrimas, se paro del ya fastidioso mueble y se encamino a la habitación, era sorprendente como la pequeña casa se hacía gigante cuando no había nadie en ella, se encamino hacia la escalera, que al mirarla se le hizo mas larga y más alta que la última vez, empezó a subirla poco a poco y parecía que se hacía interminable.
A cada paso la madera parecía llorar por ella, a cada paso parecía suplicar por un poco de atención, de compresión a la soledad que la rodeaba continuamente, el último ruido de la madera le indicó que ya había llegado a la segunda planta donde ahora se enfrentaba al oscuro y frío pasillo, se quedó estática por unos momentos mirando a la nada y para cuando se dio cuenta las lágrimas empezaban a escapar nuevamente de sus ojos, el pecho le dolía terriblemente, ya no aguantaría más, estaba a punto de explotar.
Como un autómata se dirigió a paso apresurado a su habitación, paso por las otras recamaras que a la vista rápida podía ver las cosas que las decoraban haciendo saber que alguien habitaba en ellas... pero no había nadie, solo eran sombras de una entidad que de vez encunado las iluminaba para caer de nuevo en su quietud de objetos, cosas sin vida.
-¡Rayos!, desde cuando estaba así de reflexiva y...y amargada, si estaba amargada aunque no lo quería aceptar, estaba harta de estar sola, que la tratarán como si no supiera hacer nada más que ser buena mujer y madre para todo, no tenía mucha paciencia, lo admitía, pero era la única forma de que le hicieran caso, siendo una gruñona... ¡por kami-sama, se estaba convirtiendo en una gruñona!, ¡MALDICION!
Para cuando había llegado a esa conclusión ya había llegado a su recamara cerrando fuertemente la puerta, apoyándose en ella.
Ya no podía detener las lágrimas, le dolía tanto, tanto que no podía dejar de jadear descontroladamente, su voz, sus quejidos se habían convertido en suplica, necesitaba desahogarse, gritar si era necesario y así lo hizo, grito a más no poder hasta que no le quedó voz y ahí sus piernas ya no pudieron sostenerla más... calló al suelo, desesperadamente necesitaba sentir el frío de la madera en su piel.
El silencio estaba ahí de nuevo, abrazándola como único confort, como único compañero de consuelo, se había acurrucado respaldándose en la puerta, sus piernas estaban recogidas y su cara se escondía entre las rodillas aún con rastro de las lágrimas que recorrían las blancas mejillas de la mujer que volvían a remarcar una y otra vez.
El brillo se había ido de sus ojos, su cabeza no pensaba en nada en ese momento, estaba en blanco, pareciese que esa explosión la había dejado vacía, sin razón, sin conocimiento, de sentimientos, no quería saber de nada más, en realidad no sabía si quería seguir ahí, en esa cueva, en esa... esa casa que ya no era su hogar, era...era una pedazo de madera vacío, helado y oscuro, ya no tenía mas fuerza... necesitaba salir de ese lugar.
Como pudo se levantó, algo mareada por tanto llanto, no sabía cuanto tiempo había pasado, tal vez no había pasado ni un minuto y se le hicieron eternos, en el transcurso de su conversación interna se había encaminado hacia el espejo donde levanto la mirada y vio a aquella mujer, le veía tan mal, demacrada y sin vida, casi gris si era posible tomar ese color, paso su mano por la mejilla húmeda - su color ya no estaba, era pálido, ya no era de color de una cereza, ni siquiera era rosada, ¿ qué le había pasado?, ¿dónde estaba esa muchacha que reía siempre, que le gustaba correr, sentir que estaba viva , que podía gritar de alegría, que...que...?
No podía darse una respuesta, no sabía que hacer y las lágrimas empezaron a caer nuevamente- ¿en qué se estaba convirtiendo?, ¿en qué pedazo de mujer se estaba transformando?- se miró nuevamente, esa figura, esa imagen no era de ella.
Se miraba de arriba hacia abajo una y otra vez, viendo lo que la rutina y la espera le estaban haciendo a su persona, con el pelo aún tomado en ese habitual moño con algunos mechones cayendo desordenadamente por su rostro y cuello, las ojeras que habían salido por el cansancio y si podía ver bien y no le engañaban los ojos estaba más delgada que antes, su traje le quedaba grande incluso el mismo traje estaba ya gastado- ¿ hace cuanto que no compraba un vestido o un accesorio para ella, desde cuando...él no le regalaba un gesto de cariño, no importa si no fuera material, con solo decir una palabra bonita, un gesto, una mirada de cariño, si tan solo, si tan solo ...él... él...
Ya no pudo más, las lágrimas nublaban su vista, le dolía todo el cuerpo, como si hubiera corrido todo el día, el cansancio hacia estragos en su cuerpo como una trituradora de carne que no podía parar, que no tenía piedad de nada, todo se estaba volviendo tortuoso, asfixiante, irrespirable y dolía, dolía a mas no poder, le dolía la cabeza, las imágenes del espacio en que se encontraban iban y venían, era un caos absoluto, un terremoto dentro de ella que terminó colapsando.
Se miró de nuevo en el espejo y vio a esa mujer, su reflejo, esta muerta en vida, se tocó de nuevo la cara, se paso las manos por el cuello bajando por los hombros, se tomó los brazos pasando por las caderas hasta llegas a su vientre, tomándolo entre ambos brazos cruzando las manos en cima de el- ya no más pensó... ya no más.
Lo sentía por todo, por todos pero ya no quería más, no podía seguir en ese estado y si... y si ellos no se daban cuenta, ella no daría paso atrás, lo sentía por ellos, pero no daría paso atrás.
Milk en ese momento se saco el habitual moño de su cabeza dejando que el mar azabache cayera por su blanca espalda y al mismo tiempo se despojo de su desgastada ropa tirándola al piso, quedando desnuda completamente, se dirigió al baño y abrió el agua helada para al acto meterse bajo el chorro que le quemaba la piel de lo fría que estaba - necesitaba de ese frío, necesitaba sentir la dureza de sus músculos para opacar esa angustia que la carcomía por dentro, necesitaba apagar ese calor que no la dejaba respirar, necesitaba eliminar esos sentimientos... necesitaba ser fría ya no quería ser Milk ,la mujer que se quedaba esperando, la que lloraba su regreso, la que tenía que gritar para que la escucharan, ya no más, nunca más.
Habrá durado unos 10 o 15 minutos la ducha y la mujer salió con una toalla en la cabeza y otra cubriendo su cuerpo, la cara estaba oculta en la lacia cabellera negra junto con la toalla que la cubría, se sentó a un lado de la cama, frente al espejo, ahora se sentía vacía, como si todo se lo hubiera llevado el agua fría y hubiera dejado un gran hueco, un hueco que empezaba en su estómago y terminaba en su cabeza, que permanecía sin pensar en nada.
Levantó la vista para poder ver su reflejo en el espejo - que lástima, se tenía lástima - pero ya no más, no podía estar así, por una vez en la vida sería egoísta, egoísta para su conveniencia, sabía que nadie le pedía todo lo que hacía por su familia, lo hacía por amor, pero era verdad que nadie la miraba cuando ella necesitaba una atención, un afecto, nadie sabía cuando ella quería desahogarse y no había nadie a su lado para poder apoyarse, nadie sabía como se sentía, pero ella debía ser un transmisor andante para saber como estaban ellos, pero lo hacía por que les importaban, por que los amaba... pero no podía creer que su propia familia fuera tan ciega para no ver su pesar, para sentir lo que le angustiaba - ¿por qué ella tenía que ser la receptiva , por que ella tenía que saber todo lo que le pasaba a los demás y ellos...a ellos ¡¿tenía que hablarles en clave Morse para que se dieran cuenta, no podían ser tan distraídos?!, ¡¿ Por qué no podían darse cuenta que ella se estaba muriendo por dentro?!.
Milk se volvió a mirar al espejo levantándose en el proceso, acercándose al reflejo que la invitaba tocarlo, posó su delgada mano por el objeto, marcando cada detalle de su rostro reflejado en él, respiro profundamente llevando su mano a la pequeña puerta que estaba al lado de ella abriéndola, dejándola ver la ropa que tenía - era tan poca y alguna de ella estaba tan desgastada, las lágrimas no negaron su paso nuevamente por sus mejillas - pero ya no , no iba a llorar de nuevo - se limpió el amargo recorrido que habían dejado las lágrimas y empezó a sacar todo lo que tenía .
Todo estaba en el suelo, distintos tipos de trajes, vestidos, todo lo había sacado del pequeño armario, solo quedaba la ropa de él que al instante se negó tocar , frunció el seño y se dio vuelta para ver el desorden que había en el suelo, buscó nuevamente con la mirada y pudo encontrar el traje que quería, el mismo cuando era una chica joven, bueno en realidad no era el mismo ya que el otro como estaba viejo lo había guardado en una bolsa y no lo sacó más, por que era un tesoro para ella- si eso era, un tesoro, con ese traje había encontrado a Goku de nuevo, con ese traje había peleado con él, con ese traje lo había esperado tanto y él le había pedido matrimonio.
(Para los que no se acuerdan es el traje que llevaba en el cuarto torneo de artes marciales, cuando fue a buscar a Goku, peleo con el y este le había pedido matrimonio, luego de eso Goku derrotó a Piccolo. Bueno eso es todo: P)
Movió la cabeza para ambos lados sacando esos recuerdos y se agachó para tomar el traje en sus manos, este no era azul si no que negro, el pantalón era blanco y el cinto era rojo, un rojo vino, levantó la cabeza asintiendo y se apuró a colocárselo, después de unos minutos ya estaba vestida, se encaminó al espejo y se miró, no parecía dueña de casa, más bien parecía la antigua guerrera que era.
Pudo ver que le quedaba muy bien el traje, se veía bonita y fuerte a la vez, todo lo contrario de cómo se sentía, recorrió con la mirada su imagen, la parte de arriba no tenía mangas, era larga hasta las caderas donde se habría en dos tajos que llegaban al nacimiento de su cintura, su cuello era de estilo chino con algunos delicados encajes en blanco, se adhería muy bien a su delgado cuerpo resaltando su figura, llegando al cinto rojo que la hacía ver más fuerte, un color que dejaba a la imaginación como podría ser su personalidad , llegando a los pantalones blancos que le daban un aire de pureza y tranquilidad donde se sujetaban en sus tobillos, sus pies eran cubiertos por una zapatillas chinas negras que hacían resaltar aún mas unas pequeñas lentejuelas que brillaban con la luz de la una que aún la acompañaba en su ritual de transformación.
La mujer levanto de nuevo el rostro pero ahora con una luz de decisión en sus ojos, se dio vuelta encaminándose hacia su tocador, se sentó en el pequeño banquito que tenía, tomó el cepillo y se desenredó su largo cabello, en el proceso varias imágenes asaltaron su mente, algunos recuerdos la querían hacer desertar de lo que había decidido - pero no daría su brazo a torcer, pero una frase la saco de su pequeño enojo- “me gustas más cuando llevas el pelo suelto, sin ningún amarre”- esas palabras se las había dicho Goku en su primera noche juntos, cuando se quedaron largo rato en la cama después de hacer por primera vez el amor, el la tenía muy apegado a su cuerpo.
"Ella estaba recostada en su pecho son una hermosa sonrisa , la mano del guerrero estaba posada en la cintura de la chica y la otra la tenía levantada tomando algunas hebras de su cabello haciéndolas caer una por una, como un niño jugando con su nuevo juguete y en sus labios se formaba una hermosa sonrisa."
De nuevo cerró los ojos como negando lo que había recordado, se miró de nuevo al espejo para luego bajar la mirada y posarla en el pequeño joyero que tenía enfrente, al abrirlo pudo notar lagunas joyas y accesorios y pudo distinguir entre todo aquello unos pequeños pinches (o trabas no se como le dirán en otros lados o) que tenían forma de unos jazmines blancos, eran perfectos para sostener su pelo, se los puso a cada lado del cabello sosteniéndole lo justo para que no le cayera el pelo en la cara, dejó el resto del cabello libre, luego se miró y ya sabía lo que le faltaba , sacó su cajita de maquillaje y se colocó un poco de blanco en los ojos, no mucho, ya estaba pálida no quería verse más así y una pequeña línea en la comisura superior del ojo de color rojo que hacía resaltar mas sus destellos negros, luego colocó un poco de rubor en sus mejillas, solo lo necesario para recordar como eran antes, cuando era una chiquilla y por último se pinto los labios con un lápiz labial rosa no muy fuerte, que a la luz de la luna parecía que hiciera brillar sus labios haciéndolos ver un poco mojados.
La chica dio un largo suspiro y sonrió, después de todo aún podía sonreír, dejó todo como estaba en su mesita y se levantó, se volvió para mirar el desorden de la recamara, la ropa regada por el piso, la cama desecha, el baño aún mojado, aunque no era mucho el desorden- se sentía bien al pensar que lo había hecho ella- sonrió de nuevo , no tenía por que arreglarlo- se dijo- por primera vez quería sentirse libre y empezaría por desatarse siendo desordenada, era poco pero era un principio, siempre había sido pulcra para todo lo que hacía, ahora quería ser aunque sea por un momento ella, desordenadamente ella.
No tomó ni un bolso nada, no necesitaba eso, era una guerrera ¿no?, bueno empezaría por irse de este lugar para empezar a recorrer lo que sería su nuevo espacio y lugar para vivir, lo que sería su libertad.
Salió de la habitación tranquilamente pasando por cada recamara, pero ahora sin mirar, ya nada la ataba, nada la haría recordar, ella empezaría de nuevo a vivir, si era necesario lo haría sola, si ellos no se daban cuenta... la perderían para siempre y no daría paso atrás.
Bajó las escaleras rápidamente llegando a la sala principal, todo estaba quieto, todo ordenado y en silencio, suspiró nuevamente para darse vuelta y tomar su abrigo, se lo colocó por que no quería resfriarse - si quería empezar de nuevo no sería con un resfriado - tomó la manilla de la puerta y la abrió dejándose envolver con el frío de la noche que la hacía sentir más viva que nunca, el viento helado jugaba con su cabello que aún estaba húmedo por la reciente ducha y la luna reflejaba su nueva sonrisa a la alegre muchacha que volvía a despertar -... ahora para siempre.
Milk se dio una vez mas la vuelta mirando aquel recinto oscuro- ya no más, no hay vuelta atrás- dijo la ahora muchacha de nuevo y salió - por fin podía ser ella, por fin no más soledad, ni oscuridad... ya no volvería a ver atrás.
CONTINUARA... :o
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