Enlazada a una pasión con riesgo.
Ya eran las diez de la mañana, debía levantarse, si seguía recostada, mirando el techo, no llegaría nunca al aeropuerto ¿Quién diría que ella terminaría así, amando en secreto? ¿Acaso la vida le había hecho una mala jugada? ¿Dónde comenzó en problema?
¿La verdad? Ella lo sabía.
Todo el problema había nacido el mismo segundo en que había aceptado ser la novia de quien no amaba ¡Justo de él! ¿Acaso era tonta? ¡¿Y se hacía llamar la chica más inteligente de Howgarts en su juventud! ¡Que descaro!
Si, se casaría con él ¿verdad? Bueno, una noche en que las hormonas la controlasen no era para tanto… Bueno, no una, sino dos… ¡Esta bien, tres! ¡Pero que se conste que no era su culpa! ¡Toda la culpa la tenían ellos! ¡Tanto su novio como su…! ¿Amante?... Huy… eso no sonaba muy bien ¿Ahora eran amantes? Esa era una pregunta que valía la pena contestar…
Hermione se levantó y miró al pelirrojo de veintitrés años, que descansaba con una tierna sonrisa posada sobre sus labios, aquel pecho desnudo que se perdía entre las sábanas ¡No quería imaginar todo lo que cubrían esas sábanas! ¡Terminaría sobre Ron como lo había hecho la primera mañana que despertó junto a él! ¿Cómo no amarlo?... ¿Amarlo?... Esto iba de mal en peor…
¿Qué le diría a su novio? ¿Qué le diría a Viktor?
¡Hola cariño adivina que estuve haciendo en Inglaterra!... No, no pude hacer el reportaje que debía hacerle al primer ministro… ¿Entonces que estuve haciendo tres días seguidos, preguntas? ¡Revolcarme con Ronald Weasley! ¡Si! ¡Con ese sexy pelirrojo que no se me ha ido de la cabeza ni siquiera cuando tenía sexo contigo! Bueno ¿Quieres que te traiga el desayuno antes o después de matarme?...
No, esa no era una buena forma de explicar las cosas…
¿Y si le decía que toda la culpa la tenía Ron?
¡Pero cariño, si fue Ron el que me vio cuando entré al Ministerio y me invitó a comer! ¿Te preguntas que hacía Ron en el ministerio? ¡Pues el muy desgraciado fue a hablar con Harry, ya que trabaja de Auror ahí! ¿Puedes creerlo? ¡Parecería que me acosaba! ¿Verdad? ¿Te preguntas que en que trabaja Ron? ¡Es guardián del equipo de Quidditch de Gran Bretaña! ¡Debes conocerlo, en algún momento desviste verlo en algún partido de Bulgaria contra Gran Bretaña! ¿Por qué no me lo comentaste? ¡Con razón se ve aun más guapo que antes! Si, Viktor, se que ese no es el punto ¡Pero no lo pude evitar! Bueno, la cosa es que después de comer me invitó a tomar una copa en su casa y como buena amiga que soy acepté gustosa, al entrar, me acorraló contra el sofá y me dijo que AUN me amaba ¡¿Puedes creerlo! Pues yo ni corta ni perezosa lo besé con toda las ganas que tenía desde los tercer año ¡Ves! ¡La culpa es de él!...
No, tampoco era factible…
¡Pero que se conste que si le dijo a Ron que ella estaba con Viktor! ¿Y que le contestó él? Pues se limitó a preguntarle si ella lo amaba y ella contestó que si… Ahí comenzó el problema… mejor dicho: Ahí comenzó las intensas sesiones tanto nocturnas como diurnas… Si la pobre casi ni había comido…
¿Y ahora que iba a hacer? ¡Si Viktor se enteraba de todo la mataría! ¡Mataría a Ron! ¿Cómo se había metido en semejante problema?... Bueno, eso quedó demostrado con el primer beso, se había metido en eso porque amaba a Ronald, no lo podía evitar, no lo había olvidado.
¿Cómo no amar a ese testarudo, cara dura, tierno, algo miedoso, peleón, valiente, varonil, apuesto y sexy pelirrojo? ¡Ni siquiera Bill era tan guapo como él! Eso quedó recalcado ahora que lo volvió a ver, después de esos seis años sin estar con él ¡Pero es que este chico se había puesto de bueno a re-bueno! ¡No pudo evitar babear por él las primeras dos horas!
Hermione seguía mirándolo, ahora él tenía el cabello algo más largo que antes, lo suficiente como para ocultar su mirada azulada atrás de aquellos cabellos rojizos y algo ondulados, provocados por el húmedo sudor que había corrido por todo su cuerpo tanto tiempo junto a ella, tan tentativamente, recorriendo su cuerpo con libertad, decidiendo donde morir, en su rostro, sus labios, su cuello, sobre ella, esa humedad provocada por él, que viajaba por su piel desnuda, mojando su cabello, era un detonante para besarlo, amarlo, entregarse enteramente a él; los brazos del pelirrojo eran perfecto, fuertes, grandes, constantes; su espalda era amplia, grandiosa y su trasero… ese si que se había puesto mejor con el pasar de los tiempos…
Pero, si tanto amaba a ese pelirrojo, todos se preguntaran ¿Cómo había terminado con Viktor Krum? Bueno había sido otro de sus errores… Creer que él era el único que la amaba, la había hecho sucumbir lo suficiente como para estar con él.
Viktor… al principio, tan tierno, tan dulce, tan… ¿Galante?... Bueno, eso había pensado ella, pero las cosas se complicaron, no del todo, pero desde que vivían juntos y habían quedado en el día para casarse él era más distante… no era el mismo… por lo menos no el mismo Viktor Krum que ella conocía…
¿Dónde habían quedado las dulces sonrisas? ¿Dónde se encontraban los pequeños destalles? ¿La confianza? ¿El respeto? ¿Dónde estaba el hombre que había querido por tanto tiempo? Al parecer no en Bulgaria, donde vivía desde que dejó Howgarts…
Ahora Viktor parecía dictador… Si, tan solo le ordenaba, le preguntaba donde estaba cada segundo, desconfiaba de ella, pensaba que lo engañaba, se molestaba con facilidad, no le hablaba, parecía… parecía ser otro…
Y Hermione ¡Que tonta había sido! ¿Cómo podía seguir con alguien así? La verdad, aunque le doliese, es que en realidad le tenía miedo ¡Ella miedo a su novio! ¿Dónde se habrá visto? ¡Hermione Granger con temor de dejar a Viktor Krum! Pero la verdad era esa…
En Bulgaria ella pasaba casi todo el tiempo en El Profeta de Bulgaria, trabajando, Hermione sabía que ella había podido conseguir algo mejor, pero en realidad le agrada su trabajo, era en el único lugar donde se sentía bien, a gusto.
Nunca se había imaginado existir en un mundo de dinero y objetos materiales… Viktor tenía mucho dinero, más de lo que ella había imaginado, siempre le compraba joyas, ropa, regalos, todo tipo de cosas, pero ninguna le gustaba, ninguna la alegraba, solo una la hacía sentir bien…
Hermione tomó entre sus manos la cadena que descansaba sobre su pecho desnudo, una cadena de oro sencilla, había sido el regalo de Viktor cuando ella aceptó vivir con él. Había sido tan tierno de su parte, nunca en su vida se sintió tan amada, Hermione se había llenado de alegría al ver aquella mirada de amor en los ojos de Viktor ¿Ahora, donde estaba esa mirada?
Tenía una vida elegante en Bulgaria, llena de todo lo que hubiese soñado, pero no era feliz, no sentía alegrías, su vida se limitaba a retomar los recuerdos y tener constante sed de aventura.
‘Hermione’ la castaña se estremeció ¡Como le encantaba oír en los labios de Ron su nombre entre sueños! Era tan tierno, tan sencillo, tan… dotado de hermosura, cosa que nunca había tenido con Viktor.
Hermione repasó la habitación del hotel en donde se hospedaba mientras estaba en Londres ¿Cómo había terminado en aquel lugar si la primera noche había llegado al departamento de Ron?
La castaña rió ¿Cómo olvidar la primera mañana en la que había despertado entre los brazos del pelirrojo?
Flash Back
Una mañana comenzaba a nacer, los rayos solares deseaban interrumpir el sueño de los amantes, filtrándose por las cortinas y cayendo sobre los cuerpos desnudos, pasivos, armoniosos.
La castaña lentamente abrió los ojos ¿Todo había sido un sueño? Su mirada detalló en el lugar en que se encontraba, en las paredes, en la escoba tirada en el suelo, la ropa sucia, el aroma masculino, el perfume varonil, el decorado poco melodioso del lugar. Estaba confirmado que se encontraba en la alcoba de un hombre ¿Pero de quien ella creía? ¿De quien deseaba desde hace tanto tiempo?
Dio una vuelta sobre el lugar en donde estaba recostada, confirmando, con el tacto sutil de las sabanas sobre su cuerpo, que estaba desnuda, pero una sonrisa la invadió al ver los cabellos rojizos, la piel pálida, las pecas inconfundibles ¡No lo había soñado! ¡Había pasado la noche con Ron! Se estremeció de entusiasmo, Viktor podía irse al demonio, lo importante en esos momentos era su felicidad, lo primordial era Ron.
El pelirrojo abrió lentamente sus parpados, dejando ver sus hermosos ojos azulados, Hermione se agitó, después de tantos años aun causaba en ella esa sacudida en su cuerpo.
‘Buenos días’ se limitó a decir la castaña, pasando su mano por los cabellos rebeldes de su compañero.
‘Pensé que había sido un sueño’ le confesó Ron, haciendo que ella pasase sus manos por el cuello de él y pegando su pecho al del pelirrojo.
‘No lo fue, estoy aquí’ le susurró al oído, antes de mordérselo, su lengua comenzó ha hacer círculos y sus labios succionaban con deleite, le encantaba el sabor de su piel.
‘¿Para siempre?’ le susurró el pelirrojo antes de dejar escapar un ligero jadeo que le encantó ocasionar. ¿Para siempre? ¿Cómo contestar eso? ¿Qué estaba haciendo? ¡Ella se iba a casar y no exactamente con él! ¿Por qué no dejaba de besar su cuello y se iba? ¿Por qué su cuerpo se doblegaba a él?
‘Es lo que más deseo’ aun sorprendida por sus palabras, se sentó sobre él, dejando descansar sus manos sobre el pecho de Ron, sintió como este dejaba escapar sus manos por las caderas de ellas y subían hasta su cintura, donde presionaban y hacían que sus cuerpos se entrelazasen más.
Hermione se inclinó y comenzó a besarlo con deseo, sus lenguas se encontraron, sus labios no dejaban escapar los del otro.
‘¡Adivina quien llegó, hermanito!’ una voz en la puerta del departamento hizo que ambos se alejasen asustados.
‘¡Ginny! susurró Hermione, buscando su ropa y varita.
‘¡Y predice quien la acompaña!’ otra voz, una masculina, Ron ya estaba levantado y con varita en mano.
‘¿Harry?’ murmuró el pelirrojo.
Hermione tomó la mano de este y le sonrió, los pasos se acercaban.
‘Se donde podemos estar en paz’ y de un segundo a otro, ya estaban en la habitación del un hotel ‘Aquí pensaba quedarme mientras estuviese en Londres’ le confesó mientras se acercaba a Ron y lo empujaba a la cama.
‘¿No habrá problema en que me quede?’ Hermione negó con la cabeza y se puso a horcadillas sobre él ‘Entonces me parece buena idea’
‘¿Dónde nos habíamos quedado?’ preguntó seductoramente la castaña, antes de botar tanto varitas como ropa a un lado y devorar el cuello del pelirrojo.
Fin del Flash Back
¿Cómo no amarlo? ¿Cómo no seguir amándolo? No era perfecto, debía admitirlo, pero aun así lo amaba, ya que sus fallas eran humanas y dulces. ¡Como no amar sus ataques de celos! Hermione sonrió ¿Acaso se estaba obsesionando con él? Pues si era así, no le importaría secuestrarlo y hacer una que otra cosa en el trayecto.
‘Buenos días, princesa’ la castaña se sobresaltó y miró a Ron, quien se había sentado y le sonreía calidamente, pero notó que él fruncía el entrecejo ‘¿No puedes dejar a un lado esa cadena?’ Hermione abrió los ojos y bajó su mirada, su mano derecha abrazaba la cadenita de oro con fuerza, como si eso le diese fuerzas.
‘Perdoname, es que no esperaba que te levantaras tan pronto’ lentamente fue soltando la cadena de su agarre y se inclinó para besarlo tiernamente ‘Hoy debo regresar a… a…’ no podía ¿Cómo decirle que todo lo que habían tenido era perfecto, pero era momento de irse?
‘¿A Bulgaria?’ preguntó el pelirrojo ‘¿Con Krum?’ ella se limitó a asentir ‘¿Por qué?’
‘Ron, yo te dije que estoy con él… y aunque no parezca… he pasado con él desde que terminamos Howgarts y en unos meses más me… voy a casar con Viktor’ una lágrima resbaló por su mejilla y miró a la puerta, para que el pelirrojo no captase su tristeza.
‘Quedate’ le suplicó, acercándose a ella y besándola con dulzura ‘No soy tan bueno como Krum, pero…’ no pudo continuar, Hermione había puesto su dedo índice sobre sus labios.
‘Tú eres mucho mejor que Viktor, Ron, no sabes lo que daría por quedarme contigo por siempre, pero no puedo’ y acarició su rostro, con ternura, con nostalgia.
‘¿Por qué?’ le cuestionó.
‘No lo entenderías, te amo demasiado como para quedarme, ahora no lo entiendes, pero te prometo que en algún momento te contaré todo’ lo volvió a besar ‘Ahora, cambiemos de tema, quiero pasar contigo hasta el segundo previo a irme’
‘¿Quieres ir a Hogsmade?’ más que una pregunta, parecía una súplica.
‘Esta bien, Ron, después de todo, desde el viernes no he visto nada más que el Ministerio, tu departamento y este cuarto ¡Y ya es domingo!’
‘Pues la pasamos bien’ se defendió el pelirrojo, haciendo que Hermione sonriese, le encantaba esa forma juguetona de ser de Ron.
Ambos se vistieron, el pelirrojo se limitó a ponerse unos pantalones negros y una camisa azul, se veía sexy a decir verdad, y no tenía nada de glamoroso, tan solo era Ron, su Ron.
Hermione buscó entre su ropa, toda era muy elegante, toda comprada por Viktor.
Al final encontró lo más sencillo, una falda negra que le llegaba sobre la rodilla y un top blanco de seda, tenía una mezcla de semi-formal y veraniego que le lucía muy bien, el pelirrojo la miró por unos segundos.
‘Al parecer Viktor te tiene mal acostumbrada a las cosas caras ¿No es verdad?’ le pregunto en un tono gracioso, pero aun así se veía algo ¿Desesperado? ¿Triste?
‘Él ha querido mal acostumbrarme, pero yo nunca he cedido’ y le sonrió, calmando al pelirrojo.
Yo a ti te conozco de antes
De que vendieras tus ojos
Por una cadena de oro
Por una vida elegante
Pasar tiempo con Ron, era como en los viejos tiempos: divertido. Les había cogido la lluvia justo cuando decidían donde comer y terminaron empapados ¡Justo ese día la mayoría de tiendas estaban cerradas y ellos sin varitas! No pararon de reír hasta entrar a una nueva cafetería, donde pidieron algo caliente.
‘Ron, estas empapado’ dijo Hermione, divirtiéndose y acalorándose al ver toda la ropa del pelirrojo pegada a él, cobijando seductoramente su cuerpo con la fina tela, dejando tan poca imaginación a lo que ocultaba su ropa, que la mente de ella hacía un esfuerzo enorme por no precipitarse encima de él.
‘¿Enserio? ¡No me había dado cuenta! ¡Y yo que pensaba que estaba sequito, fíjate tú!’ la castaña volvió a reír ¿Acaso Ron tenía complejo de Peter Pam?
‘Eres un tonto e infantil’ volvieron a reír.
Todo el día la pasaron así, juntos, para la hora de la cena se encontraban frente a un restáurate, de hermosos colores y sumamente romántico, había una zona de baile, algo alejada del lugar para comer, para que no se oyese la música tanto de uno como del otro lado. Ron depositó su mano sobre la de ella, entre lazando sus dedos, mientras que lo otra se desordenaba el cabello.
El mesero llegó.
‘Bienvendios, soy Basilio, su camarero por esta noche ¿En que le puedo servir al señor?’ preguntó, cortésmente.
‘Cordero asado’ le contestó Ron.
‘¿Y a la señorita?’ volvió a preguntar el mesero.
‘Una ensalada de salmón, con vinagreta de frambuesa’ cruzó sus piernas y con un movimiento elegante alejó el menú y no miró cuando se retiró el mesero.
Al traer la comida, el pelirrojo comenzó a comer tranquilamente, pero Hermione chasqueó los dedos y el mesero retomó sus pasos hasta estar frente a la mesa, una vez más.
‘¿Desea algo la señorita?’ preguntó cortésmente.
Hermione levantó el tenedor y lo apuntó con él, su dedo índice tocaba las cuatro puntas de este.
‘Este es un tenedor para carne, el que necesito es el de pescado’ dio la vuelta al tenedor, lo limpió y se lo entregó al mesero ‘cambieló por favor’ este asintió, disculpándose por su torpeza y regresó a los pocos segundos con un nuevo tenedor, Hermione sonrió levemente y le agradeció, el mesero por fin pudo retirarse.
‘Tiene unos modales muy finos, señorita Granger’ le aduló el pelirrojo.
‘Digamos que es lo poco que saco de estar con Viktor’ se limitó a contestar, unos segundos pasaron, unos muy incómodos y ella le sonrió ‘¿Cómo a estado Ginny, sigue siendo amiga de Luna?’
‘¡Claro! Pero Luna suele estar con Neville, su novio’ Hermione abrió los ojos admirada ‘Si, esta de novia con Neville desde ya sus buenos cuatro años, son tal para cual’
‘¡Debe ser divertido verlos juntos!’ dijo entre carcajadas y en voz alta, luego abrió los ojos, se tapó la boca y bajó la mirada ‘Perdón’
‘¿Por qué?’ la castaña levantó la mirada, Ron debía estar burlándose de ella ¿Cómo que porque? ¡Acababa de alzar la voz y reírse a carcajadas como una niña, pero no, el pelirrojo hablaba en serio, él no tenía problemas en verla reaccionar así, de una forma natural, Hermione lo podía leer en sus ojos, siempre sinceros, simples, aun manteniendo esa pizca de niñez.
‘Por nada, Ron, por nada’ se volvieron a mirar, entrelazando sentimientos, deseos, pasiones, una vez más parecía ser la época estudiantil, el período sencillo de los adolescentes ‘¿Vamos a bailar?’ le suplicó ¿Ron sabía bailar? Bueno, mejor averiguarlo…
‘¡Por supuesto, bonita!’ y entre risas se dirigieron al sector en donde se organizaba una tranquila fiesta, con música y bebidas.
¿Pero que estaba haciendo? ¡Ella no era buena bailando! Admitámoslo, SI sabía bailar, pero nunca se caracterizó por ser buena, seductora o genial en el arte del baile ¿Acaso no era buena en ninguna de las cosas que eran vitales para estar con Ron? ¡Ni volar podía bien! Y eso era poco, ya que en realidad odiaba sentarse en el palo de la escoba, realmente no entendía como podían soportar estar montados en esas cosas.
Justo antes de entrar a la pista de baile, Hermione palideció por un segundo recordando algo que si era importante ¡Además de que no era buena bailando ya llevaba más de ocho años sin bailar!
A Viktor no le gustaba bailar, no era su estilo, nunca le complacía con eso, a Hermione le gustaba sentir la música rodear su cuerpo, pero a él no, para Viktor eso era una perdida de tiempo.
Pero ahí estaba, a punto de pisar la pista de baile, tomada de la mano de Ron, sonriendo nerviosa y aun pálida, una pareja más joven que ellos pasó rozando el hombro de Hermione, el chico, muy apuesto por cierto, le susurró a la joven, algo que tan solo la castaña pudo escuchar.
‘¿No se lo diremos a nadie, verdad Cherry?’ la joven asintió y rió, mientras avanzaban entre la gente.
¿No se lo diremos a nadie, verdad Hermione? aun esas palabras zumbaban en su cabeza ¿Cómo no sentir aun el dolor que produjo sobre su mejilla aquel golpe? El primero, el más doloroso.
Viktor no se caracterizaba por ser una persona grosera, pero ese día, un jornada de fiestas como ese día, su novio, de quien confiaba todo, la había golpeado, como si fuera una cualquiera.
¿Y todo porque? ¿Por abrazar a Harry cuando lo vio después de cuatro largos años? ¿Por sonreírle y decirle que lo extrañaba? ¿Por preguntarle sobre su vida? Viktor la había tomado con fuerza del hombro y la había arrastrado hasta un rincón del lugar, donde la había cacheteado e insultado de zorra.
Aun recordaba las lágrimas caer por su rostro, como su cuerpo temblaba, como el aire le faltaba y su cuerpo se estremecía, sus ojos castaños penetraban a los negros de Krum, no podía creerlo ¿Cómo se había atrevido?
No era tonta, por lo menos no lo demasiado y de un empujón lo había alejado, pero él le suplicó por mucho tiempo, excesivo a decir verdad y lo había aceptado otra vez, diciéndole aquella pregunta que ahora resonaba en su cabeza ¿No se lo diremos a nadie, verdad Hermione? Y como ilusa había aceptado ese pacto. Un error que la llevó a cometer la locura de estar ahí, con Ron, no sabía si alegrarse o molestarse por ello.
Una lágrima recorrió su rostro, prefería no recordar, de verdad que su deseo era pasarla más que bien con Ron, pero no pudo evitar que aquella traicionera lágrima resbalase por su rostro y muriese en sus labios, donde saboreó aquel líquido salado y triste, recordándole quien y que la esperaba en Bulgaria, incitándola a llorar más, a dejar escapar todo el dolor que tenía dentro.
Unas manos la rodearon por la cintura, atrapándola contra un cuerpo varonil, sin dejarla escapar, pero que para ser sincera no deseaba hacerlo nunca, se sentía bien y el perfume varonil la confortaba.
‘¿Estas bien?’ le susurró Ron a su oído.
‘Solo contigo lo estoy’ tomó su mano entre las suyas y lo llevó a la pista de baile, donde pasó unos segundos sin moverse, perdiéndose entre tantas formas de moverse.
Has cubierto tu hermosura con un abrigo
Un abrigo de amargura y modales finos
Y tu nuevo dueño no te deja bailar
Y la fiesta esta empezando
Y él te pone a llorar
Ron comenzó a moverse alrededor de ella, de una forma tanto masculina como seductora y con una juguetona sonrisa le preguntó.
‘¿Acaso aquellos principios que usaste en la mesa no te permiten ahora bailar conmigo?’ Hermione se estremeció, todas y cada una de esas palabras habían entrado por sus oídos de una forma fascinante, tentadora y sugerente.
Una carcajada seca salió de los labios de la castaña, llamando la atención de muchos, pero eso no le importó, si estaba con Ron podía ser ella misma, ya lo había comprendido, con una de sus más sinceras sonrisas atrapó una de las piernas del pelirrojo con las suyas, para moverse cadenciosamente de izquierda a derecha, atrapando sus cuerpos, rozando con sus manos el cuerpo de él, dejando que su aliento chocase contra el cuello de Ron, sonriéndole cuando la miraba y bajando sus manos hasta las caderas de él, donde de un movimiento hizo que no existiese espacio entre su cuerpo y el del pelirrojo.
No podía creer el deleite que su cuerpo experimentaba ¿Acaso así hubiese sido si ella, en cambio de elegir el amor seguro de Viktor, hubiese tomado la decisión de averiguar si Ron la amaba como ella a él? Con una leve mirada a los azules ojos del pelirrojo descubrió que eso era verdad, que realmente habría pasado los mejores momentos de su vida, juntos, amándose, sin temor.
La música los envolvía, dejando sin pretexto alguno, ni morbo, que las gotas de sudor resbalasen por sus pieles y se mezclasen, de una forma armoniosa, seductora y pública.
Bailando.
Al terminar la canción, como era obvio, comenzó una nueva, una muggle, una romántica, en donde fue Ron quien la atrajo más a su cuerpo y la tomó posesivamente por su cintura y hundía su rostro en su cuello, respirando agitado, tentadoramente, como si la incitase a quedarse con él, así, para siempre ¡Que el mundo no importaba! ¡Tan solo existían los dos! ¿Acaso le era tan duro comprender que con un poco de valentía podía quedarse en Gran Bretaña?
Pero no podía ¿Y si Viktor se enteraba? ¿Y si los perseguía? ¿Acaso soportaría el hecho de ver como Krum amenazaba a Ron? Hermione sabía exactamente de lo que era capaz de hacer Viktor, hasta que punto sería capaz de reclamar algo suyo ¡No podía permitir que alguien lastimase a Ron! Ella ya lo había hecho, al irse con Viktor había roto el corazón del pelirrojo, pero no permitiría que su posible prometido tocase a su amado pelirrojo.
Ella pasó sus manos por el cuello de Ron, sintiendo calma, protección, dependencia, necesidad, podía seguir con una lista enorme explicando porque no soltaba su agarre, podía dar más de mil motivos para explicar porque le excitaba el aroma masculino del pelirrojo.
Y ese aroma había cambiado mucho, antes, de jóvenes, ella lo recordaba con una combinación de césped, chocolate, paja y pino, algo así como un aroma dulce, arriesgado, pero a la vez protector, tenía cada detalle de él, cada parte importante de su vida.
El césped, donde le encantaba dormitar casi todo el tiempo, tanto el Hogwarts como el la Madriguera; el chocolate, su dulce favorito, siempre impregnando sus labios de tan dulce manjar, dando alegría a su rostro, dejando su olor en sus manos; a paja, otro factor de la Madriguera y el armario de las escobas, donde él guardaba la suya, haciendo que su cuerpo, acostumbrado a montarla, tomase también el olor característico del lugar en donde resguardaba su amada escoba; y el pino, Ron pasaba tanto tiempo apoyado a un pino que quedaba a un lado del lago, cerca del bosque prohibido, que las finas hojas de este le caían encima y su aroma lo rodeaba, lo protegía, regalándole tan placentero perfume.
Ahora ya no era así, su maduro cuerpo había adoptado un aroma equilibrado, aunque dulce para ella; podía sentir una esencia de antaño: El chocolate, era más que seguro que eso aun permanecía siendo su dulce favorito y su compañero de aburrimiento; pero además cítrico, algo así como pachulí, que le daba a entender que él la protegería, la resguardaría, como a un tesoro al que le entregaría todo, ya lo había demostrado, pero su aroma lo confirmaba.
Hermione aspiró una vez más y descubrió una característica que le recordó al estratega que había en él: vetiver, como le encantaba ese aroma, era como hecho exclusivamente para Ron, algo que lo concentraba y daba a entender que el pelirrojo que estaba frente a ella podía ser más que listo, era decidido, sabía como conseguir las cosas que necesitaba para su fin, como un cazador, un guerrero, ese era su Ron.
El tiempo pasó lentamente, como dentro de una esfera, pero la noche no es para siempre y aquel lugar que les propiciaba aquella música, ya se estaba vaciando y ellos, sonriendo ante el tiempo que estuvieron juntos, decidieron retirarse, pero no al hotel, sino a un lugar más romántico, más exclusivo.